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PREGÚNTALE A LA DRA. PAULA

¿Cuál fue el problema que tuvo el FSC Omaha Beach, que lo obligaron a ser retirado del último Kentucky Derby?

La laringe del caballo es una estructura conformada por 7 cartílagos (entre ellos la epiglotis), ubicada entre la faringe y la tráquea. Debido a su compleja anatomía, ésta es responsable de provocar gran resistencia mecánica al paso del aire que ingresa a través de los ollares hacia los pulmones. Cualquier anormalidad de la laringe se traduce en mayor turbulencia, menor flujo de aire y capacidad de oxigenación, afectando el rendimiento deportivo del caballo. Esto es lo que le pasó al FSC Omaha Beach hace algunas semanas, al ser diagnosticado con Atrapamiento Epiglótico (AE).

El AE ocurre cuando los pliegues ariepiglóticos crecen envolviendo la punta de la epiglotis cubriéndola casi por completo (ver imagen). Cuando esto ocurre, el paso del aire por esa zona generará turbulencia que se traducirá en un sonido de ronquido respiratorio en el caballo. Al verse entorpecido el paso de aire, el rendimiento del caballo disminuirá dramáticamente.
El diagnóstico de AE se realiza a través de la endoscopía; un examen cotidiano y asequible en terreno. Durante este examen, en lugar de ver una epiglotis libre, de forma lanceolada y con su patrón vascular propio a la vista, veremos una epiglotis cubierta por un tejido mucoso en forma de saco (ver imagen).

Su tratamiento consiste en la remoción quirúrgica de ese tejido para conseguir la liberación de la epiglotis. Esta puede realizarse ya sea con bisturí curvo o con láser, teniendo un pronóstico reservado a bueno.

El AE no es la única patología de la laringe que disminuye el desempeño deportivo del caballo, también existen condiciones que afectan tanto la misma epiglotis como lo otros cartílagos de esta estructura. De esto hablaremos más adelante.

A. Apariencia normal de la laringe de un caballo, (*) Epiglotis normal.
B. Pliegues ariepiglóticos (flechas).
C. Atrapamiento epiglótico. (Nathan Slovis. Atlas of Equine Endoscopy. 2004)

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“¿Por qué fue tan grave la lesión de Penn Rose? ¿No se supone que los huesos sanan?”
La semana pasada recibimos una devastadora noticia: el fallecimiento de la FSC Penn Rose (Dylan Thomas), producto de complicaciones por la grave lesión en su mano izquierda. Y ¡sí que fue grave!, la lesión de Penn Rose, y la mayoría de las lesiones que sufren los caballos fatalizados en cancha, caen en la categoría de “Lesiones Catastróficas”. Estas lesiones suelen ocurrir en carrera o trabajos intensos, y debido a la gravedad que las caracteriza provocan una cojera severa, acabando irremediablemente con la carrera deportiva del caballo. Y no solo eso, también ponen en grave peligro su vida, pues la mayoría de los caballos víctimas de estas lesiones, terminan en eutanasia (sacrificio humanitario).

“¿pero por qué son tan graves?”
Las lesiones catastróficas consisten en varias estructuras (hueso, tendones, ligamentos) dañadas en forma grave, comprometiendo severamente la sustentación del caballo. Y si bien es cierto que los huesos reparan, el problema es que los otros 3 miembros no logran sustentar el peso del caballo, provocando la temida LAMINITIS. Esto hace que cada esfuerzo y gota de sudor invertida en salvar la vida del caballo, termine en frustración.

Un caso emblemático fue el de Bárbaro (Dynaformer), ganador del Kentucky Derby en 2006, pero que en el Preakness Stakes sufrió una ruptura catastrófica de aparato suspensor en su pata derecha.

Dentro de fracturas que sufrió Bárbaro estaban: de 3er metacarpo (caña), de 1era falange (cuartilla), de sesamoideos proximales, y luxación de articulación metacarpo falángica (nudo).

Barbaro tuvo acceso a una medicina veterinaria de primer nivel en New Bolton Center. Debió ser sometido a una cirugía de urgencia que duró casi 6 horas, en donde se instaló una placa y 23 tornillos para lograr estabilizar la lesión.

Para disminuir el riesgo durante la recuperación de la anestesia, Bárbaro despertaba en el agua.

Para disminuir la carga en sus miembros, Bárbaro era colgado a través de arneses.

Aún así, luego de una batalla de 8 meses, Barbaro debió ser eutanasiado debido a complicaciones en sus otros miembros; Laminitis.

Suena aterrador ¿Cómo se previene?
Lamentablemente el riesgo nunca es 0, pero si existen factores de riesgo como: edad de la primera partida, sexo del caballo, distancia corrida, tipo y condición de la pista, y número total de partidas. Las lesiones preexistentes también juegan un rol fundamental, de ahí lo importante en llegar a un correcto diagnóstico de cojera (por muy leve que sea), de modo de evitar retornos demasiado prematuros a la actividad física.

Es importante considerar estos factores para intentar evitar desenlaces desastrosos que no solo atentan contra el bienestar del caballo y la seguridad de los jinetes, sino que también nos afectan emocionalmente, tal como nos pasó con Penn Rose.